Por donde empezar
- Stefania Lugo
- 13 oct 2016
- 2 Min. de lectura

¡Qué complicado es escribir mis pensamientos cuando pienso de una forma tan desordenada y liberada! ¡Qué difícil es pensar para escribir y escribir para pensar! Tal vez eso nunca antes lo había pensado, pero ahora que lo pienso lo confirmo, es complicado y es complicado saber por donde empezar, así que haré lo lógico, intentaré por el inicio de mi camino en la moda.
¿Qué estoy haciendo acá?, en un mail room, ¿para esto me mude a Nueva York?, sé que es un camino largo. Me mantendré concentrada en la meta. No te rindas, para llegar a la cima, siempre hay una montaña que subir, ugh que cursi estoy, pero así debo pensar, pensaré así.
Oh, Mr. Turner siempre caminando por los pasillos cerca de mi oficina, a todos los pone nerviosos, pero lo que el no sabe es que a mi me hace sentir privilegiada y más que eso emocionada, tal vez de la misma forma como cuando a un niño le compran un helado.. de chocolate obviamente.
Y la emoción se debe a que cada vez que pide mi opinión es como si me diera esperanza de que algún día llegaré a donde él está. Y ahí viene, se aproxima con una sonrisa que para todos es fría pero para mi es más cálida que los veranos de Nueva York, y me pide mi opinión.
Y ahora no puedo parar de hablar de Mr. Turner, porque, oh por Dios no puedo ponerme a llorar, no Edna contrólate, respira…. Ok, Mr Turner falleció y con él se llevo un pedazo de mi. ¿Qué me pasa?, ¿de nuevo me pondré cursi?, debe ser porque estoy en esos días de las mujeres, aunque de eso no hablaré porque creo que a nadie le interesa, o eso espero.
Que difícil es concentrarme y pensar en un solo tema a la vez, pero sí, el señor Turner ha fallecido, pero por más que pensar en su muerte sea devastador, me da un poco de alegría pensar que él se encargo de darle el mayor giro a mi vida al darme la dirección de la revista y de una manera más simbólica me dio el poder de la misma. Y quién pensaría que gracias a este maravilloso hombre llegué a ser editora de Vogue.
No quiero presumir pero no puedo evitar pensar en los aportes que contribuí al mundo de la moda, como el usar ropa hecha en Estados Unidos en los Shows y eventos, o como las 17 mujeres que se encargaban de enseñar la moda norte americana al mundo y hacer que se destacará como nunca antes se había hecho.
Que nostalgia me da, invade mi cuerpo un sentimiento externo, pero conocido.
Pero que no, ya me dije a mi misma no puedo llorar, no quiero llorar, pero que ridícula te ves Edna dejando que unas gotas de agua toquen tus mejillas cubiertas de rubor, pero el solo pensar en estas cosas revuelven mi estomago y me producen un profundo agradecimiento.
Ahora junto con mis reconocimientos, experiencias de vida y mis 80 años llenos de cansancio, daré mi ultimo suspiro y esperaré que alguien siga con mi legado, el gran legado de mi visión de la moda.
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